Las épocas de cambio suelen ser tiempos de inquietudes y preocupaciones, pero así mismo son tiempos de oportunidades y de apertura de nuevas posibilidades. Una ola creciente de problemas y quiebres en apariencias complejos circundan al quehacer empresarial de hoy, sin embargo y simultáneamente, los emprendedores intuyen que el momento histórico contiene un espacio de posibilidades enormes para reinventar la realidad y de modo muy general intuyen lo que podrían llegar a ser sus empresas, de desplegar las acciones y las estrategias adecuadas que aprovechen las ventanas de oportunidades que constantemente se abren frente a sus ojos.
Esto los lleva a estar conciente de que deben “hacerse cargo” de estas “ventana de oportunidades” y que deben actuar con audacia y determinación, creando visiones movilizadoras, motivando a otros talentos a asociarse, buscando recursos de distinta naturaleza (financieros, políticos, sociales, de conocimientos, gerenciales).
Aprovechar estas grandes oportunidades implica para las empresas lideres en sus industrias, grandes retos y desafíos en distintos aspectos del que hacer empresarial tales como la innovación en los modelo de negocios y en las formas de organización, rediseño de los proceso claves y la calidad, impulsar el posicionamiento temprano a través de un esquema de marketing novedoso y en el manejo de las relaciones con sus clientes, su inserción en redes poderosas y en ecosistemas avanzados de negocios, que garanticen la sustentabilidad del negocio en el largo plazo.
Es en este contexto donde se inscribe uno de los desafíos mas grandes que estos lideres enfrentan y que es la gestión del talento humano, del espíritu emprendedor y del capital intelectual de sus organizaciones.
Aunque hay muchos lugares comunes y mucha especulación en el tema, los líderes emprendedores han comprendido que en un mundo empresarial de muchas nuevas abundancia tales como la información, la tecnología, el acceso a los mercados, las comunicaciones y a los conocimientos especializadas e incluso al capital, uno de los recursos más escasos es el talento de los líderes.
Sabe que cuando esté esta alineado a las estrategias de negocio le permitan a la organización emprender y gestionar grandes iniciativas estratégicas.
Es por ello que durante los últimos años ha surgido un genuino interés por la innovación en los enfoques de los temas del liderazgo, del trabajo en equipo, del aprendizaje organizacional y de la gestión del talento humano, y la forma como estas contribuyen con los objetivos del proyecto de negocio.
Sostenemos, en nuestro enfoque conceptual, que las prácticas de liderazgo tradicional están en crisis y este problema se manifiesta en una insatisfacción generalizada con los líderes concretos en los distintos ámbitos del quehacer económico y social humano. Sostenemos también que un nuevo modelo y estilo de liderazgo está emergiendo y que es necesario innovar en la forma de asistir a este proceso de gestación y nacimiento.
El estilo de liderazgo tradicional basa su matriz interpretativa en el modelo de Gestión de Personal fundado hace un siglo y que descansa, descansa en la capacidad de los jefes en especificar, ordenar y controlar las tareas y funciones, en controlar el desempeño de las personas a través de un seguimiento estricto. Esta forma de gestionar está en crisis, ella solo produce desempeños mínimos en las personas, las que se orientan solo a “cumplir” las tareas asignadas.
Este modo de gestión fija un techo al rendimiento de las personas y no explota las capacidades y el talento natural del ser humano para emprender e innovar.
Este modelo de gestión define a su vez un paradigma y un estilo de liderazgo caracterizado por la triada: jerarquía, disciplina y planificación rigurosa.
El modelo de gestión del capital humano requerido en las empresas actuales, buscan desarrollar altos desempeños mediante el despliegue de todo el talento y el potencial de las personas cultivando las competencias claves para el éxito del negocio. Es necesario que ellos se anticipen a las especificaciones y problemas que los clientes y los jefes no son capaces de articular en un momento. Se busca que las empresas sean espacios de aprendizajes permanentes donde las personas desarrollen permanentemente las competencias más valiosas para garantizar la competitividad y el sustento en el tiempo de la organización.
Este nuevo enfoque de gestión requiere a su vez un cambio en el paradigma y estilo de liderazgo caracterizado por una nueva triada: enfoque emprendedor, motivador e innovador.
El Principal objetivo de este nuevo paradigma de liderazgo y de gestión de las personas, es ofrecer un piso sólido a las inversiones de la empresa, a partir del cual las personas puedan rendir al máximo de su capacidad actual. Ello no es posible con un estilo de gestión basado en la jerarquía, el comando y control y la disciplina estricta, se requiere por el contrario, de un estilo de dirección que pueda identificar los obstáculos que limitan el desempeño de la gente y que sea capaz de disolverlos, que sepa generar confianza, sentido de la responsabilidad y compromisos sólidos. Que expanda la capacidad de aprender, la impecabilidad en el uso del lenguaje, la competencia de evaluar el desempeño y en el cumplimiento de los compromisos, que estimule y motive la innovación y la creatividad.
